Con mi mano izquierda giro el pomo y tras escuchar y sentir el sonido chirriante de aquella puerta, tal vez por sus dos años de clausura, entro posando el pie izquierdo y tras este, el derecho. Hago todo esto con los ojos cerrados. ¿Estoy preparada para abrirlos? Desde aquel 20 de Febrero no he entrado en esta habitación, no conscientemente quizás. Creo que 17520 horas después es el momento. Subo las persianas, las de mis ojos primero y más tarde las de la ventana del fondo. La abro y entra una brisa fresca, no está de más un poco de ventilación. Cada mueble, desde la pequeña mesa cuadrada de la esquina hasta la enorme mesa del final están cubiertos de una tela blanca, más bien amarillenta. Destapo el sillón y me dejo caer, cierro los ojos, tomo aire como si fuera mi ultima inspiración y lo echo poco a poco, mientras, deslizo mis dedos por los brazos del sillón.
Y en un inquietante silencio mi corazón estalla y mis ojos rompen a llorar. Tengo la sensación de que me quedaré seca.
Y entre el estruendo de mis lágrimas escucho una voz:
"¿Por qué lloras Ali?"
Es...e..es..mi..
-¿Abuelo?
"Pues claro, hija, quien va a ser. Levanta de mi sillón anda, ¿Se puede saber que te pasa?"
-¿Pero..cómo.. estás aquí?- pregunto al tiempo que me froto los ojos y me pellizco.
" Eso no importa y no te pellizques más que te vas a acabar haciendo daño, lo importante es que estoy aquí, así que dime que te pasa."
- Pues que te echo de menos, muchísimo de menos, no te imaginas cuanto. Que sé que tus últimos años no fueron los mejores, que las enfermedades te perseguían, pero también sé que no hacías esas cosas a cosa hecha, que nos querías. Sólo hay que ver tus años buenos, abuelo.
"Pero no me tienes que echar de menos, yo estoy siempre a tu lad..."
Lo interrumpo.
-Abuelo, no seas como todos, no estás ahí, por mucho que yo te recuerde no puedo hablar contigo por teléfono, no puedo sentir como me coges del cuello como en los viejos tiempos, no puedo abrazarte con todas mis fuerzas. ¡No estás aquí, abuelo, no estás! ¡ No me hagas ser tan estúpida como las demás personas! Tranquila hija, tu cuando quieras verlo cierra los ojos y lo tienes ahí, siempre está contigo. ¡Vamos, son todo mentiras! Yo no soy como los demás ¿vale?, a mi esas frases típicas no me sirven, tú no estás aquí, solo eres parte de mis desvaríos, ¡JODER!
" Lo primero, limpiate esa boca. Después, coge ese teléfono, acercate y abrázame. Siempre que quieras verme ven, estoy siempre aquí, has sido tu la que has estado 730 días sin abrir esas puertas. Yo estaré aquí siempre, sólo coge el teléfono, acercate aquí, al sofá y abrazame."
Ando despacio, de espaldas sin parar de mirarle, no quiero que se me escape. Cojo el teléfono y corro hacia él, y lo abrazo con todas mis fuerzas, me agarra el cuello, suave muy suave y al oído me dice: escucha el teléfono, lo abrazo fuerte y de la emoción empiezo a llorar y cierro los ojos. Y se escapa y abrazo al aire.
Una voz sale del teléfono: " Te espero el año que viene y no llores, yo tambien te echo de menos pero quiero tardar años en verte, ojala pudiera tardar siglos mi vida."
Yo no quiero esperar siglos, ni siquiera años, cuando era pequeña, mi abuelo y yo envidiavamos a los pajaros por poder volar, ver la tierra desde ahi arriba parecia algo maravilloso, yo quiero probarlo y verlo con mi abuelo desde las nubes. Es la hora, abro la ventana y vuelo.
domingo, 20 de febrero de 2011
miércoles, 16 de febrero de 2011
Es dificil respirar y dormir tranquila con una espina en el pecho
Querida vida:
Siento mi pesadez, pero es que, viviendo y viviendo, me he chocado con una piedra enorme. Le pregunté el nombre, creo que era algo así como..Amistad, si creo que se llamaba así. La verdad es que he chocado unas cuantas veces con esta piedra, es una sensación agradable siendo sincera, me tiro al vacío y hay alguien que siempre está ahí para cogerme. Quizás a veces se duerma, o se despiste, pero basta un sonoro chasquido de dedos para despertarle y que vuelva a ser TU AMIGA. Supongo que eso es lo que hace que estas piedras sean tan duras, que pasan tesmpestades y con ellas se hacen más fuertes. Pero el motivo de esta carte es que el otro día choqué con una piedra muy dura, pero no me dolió. Apenas hablo con ella, pero creo que es la mejor piedra que he conocido en mi vida, sé que es la mejor. Pero hace días que se está consumiendo, poco a poco, al principio no me llamaba la atención, todas las piedras tienen un mal día, pero es que el suyo se está extendiendo. Incluso he podido observar alguna lágrima luchando por no salir, pero lo suficientemente evidente como para ser vista. Una vez más, ante este misterio no tengo un libro de instrucciones. Y los demás animales del planeta no son capaces de ayudarme, normal, son ANIMALES al cual más cafre. Por eso, seas lo que seas, ayúdame, dame una pequeña pista. Si no no quiero estar aqui, creo que si no tengo esa piedra tendré siempre una espinita clavada, es dificil respirar y dormir tranquila con una espina en el pecho, yo diria que imposible.
Atentamente, la friki humana.
Siento mi pesadez, pero es que, viviendo y viviendo, me he chocado con una piedra enorme. Le pregunté el nombre, creo que era algo así como..Amistad, si creo que se llamaba así. La verdad es que he chocado unas cuantas veces con esta piedra, es una sensación agradable siendo sincera, me tiro al vacío y hay alguien que siempre está ahí para cogerme. Quizás a veces se duerma, o se despiste, pero basta un sonoro chasquido de dedos para despertarle y que vuelva a ser TU AMIGA. Supongo que eso es lo que hace que estas piedras sean tan duras, que pasan tesmpestades y con ellas se hacen más fuertes. Pero el motivo de esta carte es que el otro día choqué con una piedra muy dura, pero no me dolió. Apenas hablo con ella, pero creo que es la mejor piedra que he conocido en mi vida, sé que es la mejor. Pero hace días que se está consumiendo, poco a poco, al principio no me llamaba la atención, todas las piedras tienen un mal día, pero es que el suyo se está extendiendo. Incluso he podido observar alguna lágrima luchando por no salir, pero lo suficientemente evidente como para ser vista. Una vez más, ante este misterio no tengo un libro de instrucciones. Y los demás animales del planeta no son capaces de ayudarme, normal, son ANIMALES al cual más cafre. Por eso, seas lo que seas, ayúdame, dame una pequeña pista. Si no no quiero estar aqui, creo que si no tengo esa piedra tendré siempre una espinita clavada, es dificil respirar y dormir tranquila con una espina en el pecho, yo diria que imposible.
Atentamente, la friki humana.
martes, 15 de febrero de 2011
Primera parte: " El cielo entero te lo está gritando"

Cincuenta y tanto malolientes fluidos flotaban desagradablemente en aquel autobús de segunda clase. El llanto de un niño se oía desde el amplio cristal de delante hasta el motor ardiendo de la parte trasera. El bostezo del conductor dejaba ver que llevaba ya siete horas de conducción sobre sus espaldas. El beso de unos adolescentes me hizo añorar esa época de ignorancia e ilusión. Pero fue aquel frenazo, el frenazo de mi vida, el que disipó todas mis pequeñas distracciones. Un joven chófer, novato lo más seguro, se antepuso en el camino del autocar, todos avanzamos dos o tres pasos precipitadamente, una lechuga y dos tomates rodaron por el estrecho pasillo seguidos de dos bolsas de cartón de las que desconocía el contenido. Di un grito, tal vez un poco ridículo, llevé mi mano derecha al corazón y mis ojos fueron a parar a los suyos, que sobresaltado por el choque se hallaba parado frente al vehículo. Creo que sin que nos diésemos cuenta alguien había atado nuestras pupilas con un hilo invisible ante el ojo humano. Durante aquellos escasos minutos - que para mi fueron décimas de segundo - el caos reinaba en la vieja carretera, a pesar de que el accidente no había tenido más daños que un pequeño hundimiento en la parte delantera del coche entrometido.Mientras, en mi cuerpo, una mezcla homogénea de incertidumbre, seguridad y paz se había hecho ocupa. Su pelo era oscuro, tan oscuro como una noche de invierno, en cambio sus ojos eran el polo opuesto, eran de un azul tan claro que en algún recoveco del iris parecía transparente. Más tarde, cuando lo tuve al lado pude ver que era alto, una o media cabeza más que yo, sí, aquel hombre de primera clase subió a aquel cuchitril de autobús.Desconocía las personas de ese mundo, pero aquella lustrosa y elegante vestimenta y el hecho de que todos los pasajeros se abrieron a su paso me hizo entender que no sería el tipo de hombre que vería por mi barrio, ni comprando pan ni paseando al perro, seguramente ya tendría a alguien para que le pasease al perro. Con un paso desmesuradamente seguro se fue acercando a mí, yo me hice la sueca lo más que pude, pero la dirección de sus pasos era clara, su destino era yo. Se paró junto a mí, a mi izquierda y se agarró en la misma varandilla que yo, creo que nuestras manos se rozaron, o tal vez no, la verdad es que tengo esos recuerdos un poco borrosos. Notaba como sus ojos se clavaban en mí, como si tuviera ante sus estos a la mujer más bella que había visto jamás, pero me tenía a mí, Lluvia Vela Crespo, no había más. Creo que en mis 19 años él era el primero que se paraba a observarme de aquella manera, me hacía sentir bien, pero extraña, la falta de costumbre supuse.
- Hace un día precioso, ¿no cree?
Asomé la cabeza al cristal de la ventana, llovía a mares. ¿Qué es eso? Ah sí, creo haber oído un trueno.
-Va a ser verdad que cada par de ojos ve la realidad a su manera. - dije sin apartar mis ojos del mugriento suelo.
-¿Y como la ven los suyos, señora?
- Mejor que los suyos ya lo creo, pues si no le importa, soy señorita.
- Oh sí, disculpe, no quería meter la pata.
No pude evitar soltar aquella pequeña carcajada que intente esconder bajo el pañuelo añil, la vio, la escuchó y la sintió.
-Tiene una sonrisa digna de admir...
Le interrumpo.
-Me bajo aquí - dije tres paradas después de que aquel hombre le diera algo de clase a ese transporte. - Adiós.
Como si le hubiera dicho que el mundo se acababa ese día, su cara se descompuso, aunque quizás aquel pequeño ecosistema que habíamos creado en menos de quince minutos se fuese a deshacer entonces. Pero no fue así, fue aquel dato de última hora, el cual, por suerte o por desgracia, yo le proporcioné.
-¡Espere!¡No se vaya!¡Necesito saber su nombre! - gritó angustiado.
-El cielo entero se lo está gritando.
Y le sonreí y me fui corriendo, pidiendo a Dios con todas mis fuerzas que aquel hombre se subiese de nuevo al autobús, que fuese su destino, que un deseo incomprensible de encontrarse conmigo le recorriese todo el cuerpo.
- Hace un día precioso, ¿no cree?
Asomé la cabeza al cristal de la ventana, llovía a mares. ¿Qué es eso? Ah sí, creo haber oído un trueno.
-Va a ser verdad que cada par de ojos ve la realidad a su manera. - dije sin apartar mis ojos del mugriento suelo.
-¿Y como la ven los suyos, señora?
- Mejor que los suyos ya lo creo, pues si no le importa, soy señorita.
- Oh sí, disculpe, no quería meter la pata.
No pude evitar soltar aquella pequeña carcajada que intente esconder bajo el pañuelo añil, la vio, la escuchó y la sintió.
-Tiene una sonrisa digna de admir...
Le interrumpo.
-Me bajo aquí - dije tres paradas después de que aquel hombre le diera algo de clase a ese transporte. - Adiós.
Como si le hubiera dicho que el mundo se acababa ese día, su cara se descompuso, aunque quizás aquel pequeño ecosistema que habíamos creado en menos de quince minutos se fuese a deshacer entonces. Pero no fue así, fue aquel dato de última hora, el cual, por suerte o por desgracia, yo le proporcioné.
-¡Espere!¡No se vaya!¡Necesito saber su nombre! - gritó angustiado.
-El cielo entero se lo está gritando.
Y le sonreí y me fui corriendo, pidiendo a Dios con todas mis fuerzas que aquel hombre se subiese de nuevo al autobús, que fuese su destino, que un deseo incomprensible de encontrarse conmigo le recorriese todo el cuerpo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)